No me interesa su opinión ni busco debate alguno.
Si me visita, ya sea por voluntad o accidente, deseo que lo pase bien y le doy las Gracias.

No voy a constestar sus correos.
Se lo agradezco, aunque sea para insultarme.

Lípido de Grassa

La Plaza de mi Pueblo

En verano la luz reina y los trampantojos de sus edificios llenan de color la Plaza de mi pueblo.
Cuando llega el invierno la Plaza de mi pueblo se vuelve gris de frío.
Pronto se acercan las fiestas de Navidad y se producirá un cambio.
Se llenará de color y de luz.
Mientras, se cebaran los carteristas con los “guiris” y los sablazos de los bares de alrededor les dejaran pertrechos los bolsos en la ciudad más cara del mundo.
Cerca, bocatas de calamares del Manzanares, a dos euros, con relleno y patas.
Algunos limpias cobran treinta euros por el pasapolvo.
Los Chinos masajean (soban) en los adláteres.
Pronto llegarán los puestos de Navidad y las vomitonas de la fiesta.


Los barrenderos empaparán el suelo empedrado, como siempre, para mayor frío y resbalón, dando ese aspecto de suelo húmedo normando.
El frío les subirá por los pies hasta la cabeza.
Estarán tan fríos como mi caballo y yo.
A mis pies se juntarán para ir a comer y libar.
Pronto cambiará su imagen gris, la Plaza Mayor, por otra de luz y color.

Felipe Tercero de Bronce
AMC (Agente de Movilidad a Caballo de la Villa de Madrid)